Sirva la presente para saludarte y a través tuyo, a todos nuestros lectores. Te comento que diariamente recibo múltiples correos samborjinos, sean personas naturales, agrupaciones vecinales y/o políticas, amén de otros informativos: Gracias a ellos y a OPINION VECINAL por supuesto, me mantengo al día con el acontecer distrital. Ello me permite observar con mayor objetividad determinados procesos, priorizar lo esencial sobre lo prescindible, y entender las motivaciones y eventos que conforman, sostienen y refuerzan la coyuntura sociopolítica actual.
Hablando de ello, he notado las recientes protestas vecinales, surgidas casi de manera paralela en diversos puntos del distrito. Los directamente afectados han salido, motu propio, a las calles después de agotar toda vía de comunicación, recogiendo firmas, convocando protestas pacíficas con carteles, y realizando vigilias para defender la residencialidad de sus respectivas urbanizaciones. La férrea oposición a la nueva sede del Hospital del Niño, a la construcción del paradero del Tren Eléctrico, y a la concesión del Boulevard con fines no recreativos -por mencionar algunos- no sólo actualizan temas de larga data que habrían sido postergados, o resueltos aparentemente en contra de la aprobación vecinal, sino que reaviva sensibilidades y pone a prueba las capacidades de todos los involucrados.
Te habrás dado cuenta que la confluencia de eventos como éstos señala el inicio de un nuevo ciclo? Es decir, procesos repetitivos con matices distintivos pero con etapas más o menos definidas, muy semejantes por cierto, a los procesos socio-emocionales de las relaciones amorosas. Intentemos hacer un paralelo.
El primer paso consiste en detectar al que se encuentra sentimentalmente solo y extraviado: El solitario es sensible, receptivo y exterioriza sus carencias, facilitando condiciones, apertura y acceso a los pretendientes. Análogamente en cada época preelectoral, se manifiesta disconformidad y se promueven oportunidades que impulsan a nuevos –o a veces antiguos- aspirantes al sillón municipal.
Un segundo paso es la estrategia de seducción, donde para capturar total atención y enganchar al pretendido se promete amor eterno, fidelidad y respeto per secula seculorum. De la misma manera, las propuestas electorales apuntan a necesidades básicas y se presentan atractivas y viables, logrando que las personas naturales y las organizaciones vecinales, se inclinen por quien encaja mejor o corresponde a sus expectativas.
En la siguiente etapa el pretendiente ascenderá al status formal de enamorado o novio. Habrá satisfacción, bonanza y futuro promisorio hasta que se disipe la brillantez y se evidencien limitaciones y discrepancias que harán tambalear la relación. Así como cada pretendiente, el alcalde electo es el mejor en su momento y goza de aceptación mayoritaria, pero la comunidad poco a poco empezará a discriminar con mayor objetividad y menor emotividad cada una de las acciones ediles.
Consecuentemente vendrá una etapa mixta, caracterizada por episodios que pretenden alternadamente embellecer el status quo y tranquilizar los ánimos: Intentando controlar la situación se flexibilizarán posturas y se negociarán acuerdos. Posiblemente la corporación municipal siga ostentando la razón, busque aliados e incremente acciones beneficiosas para la comunidad, principalmente en sectores no conflictivos; creando una situación de desplazamiento que empezará a dividir la opinión vecinal.
Sin embargo, como suele ocurrir ante las crisis frecuentes y la sobreexposición, los enamorados dejarán de atraerse mutuamente. La racionalización del desencanto y el hastío devendrán en saturación y posiblemente alguna infidelidad, acelere el rompimiento. Del mismo modo, los vecinos no admitirán paliativos y adoptarán posturas más racionales y confrontacionales y las autoridades los minimizarán soslayadamente mientras barajan tal vez, otras alternativas.
Entonces estaremos ad portas de un nuevo ciclo. Creo que si cada proceso –enamoramiento o periodo edil- tiene un inicio y un final, lo saludable es invertir permanentemente en: Honestidad, respeto, moderación, tolerancia, y sobre todo comunicación activa. Y dime si a veces no has escuchado palabras como éstas: “Nuestra relación terminó pero fue bella fue mientras duró” o “No sabes todo lo que aprendí con XX, hasta ahora seguimos siendo amigos”.
En fin, espero que las cosas mejoren para el bien de nuestro distrito y de sus residentes, y que cada gestión edil sea recordada más por su efectividad que por sus desaciertos.
Hasta pronto,
Por la Psic. Rocio Ruiz Marticorena
desde NewYork - USA
Hablando de ello, he notado las recientes protestas vecinales, surgidas casi de manera paralela en diversos puntos del distrito. Los directamente afectados han salido, motu propio, a las calles después de agotar toda vía de comunicación, recogiendo firmas, convocando protestas pacíficas con carteles, y realizando vigilias para defender la residencialidad de sus respectivas urbanizaciones. La férrea oposición a la nueva sede del Hospital del Niño, a la construcción del paradero del Tren Eléctrico, y a la concesión del Boulevard con fines no recreativos -por mencionar algunos- no sólo actualizan temas de larga data que habrían sido postergados, o resueltos aparentemente en contra de la aprobación vecinal, sino que reaviva sensibilidades y pone a prueba las capacidades de todos los involucrados.
Te habrás dado cuenta que la confluencia de eventos como éstos señala el inicio de un nuevo ciclo? Es decir, procesos repetitivos con matices distintivos pero con etapas más o menos definidas, muy semejantes por cierto, a los procesos socio-emocionales de las relaciones amorosas. Intentemos hacer un paralelo.
El primer paso consiste en detectar al que se encuentra sentimentalmente solo y extraviado: El solitario es sensible, receptivo y exterioriza sus carencias, facilitando condiciones, apertura y acceso a los pretendientes. Análogamente en cada época preelectoral, se manifiesta disconformidad y se promueven oportunidades que impulsan a nuevos –o a veces antiguos- aspirantes al sillón municipal.
Un segundo paso es la estrategia de seducción, donde para capturar total atención y enganchar al pretendido se promete amor eterno, fidelidad y respeto per secula seculorum. De la misma manera, las propuestas electorales apuntan a necesidades básicas y se presentan atractivas y viables, logrando que las personas naturales y las organizaciones vecinales, se inclinen por quien encaja mejor o corresponde a sus expectativas.
En la siguiente etapa el pretendiente ascenderá al status formal de enamorado o novio. Habrá satisfacción, bonanza y futuro promisorio hasta que se disipe la brillantez y se evidencien limitaciones y discrepancias que harán tambalear la relación. Así como cada pretendiente, el alcalde electo es el mejor en su momento y goza de aceptación mayoritaria, pero la comunidad poco a poco empezará a discriminar con mayor objetividad y menor emotividad cada una de las acciones ediles.
Consecuentemente vendrá una etapa mixta, caracterizada por episodios que pretenden alternadamente embellecer el status quo y tranquilizar los ánimos: Intentando controlar la situación se flexibilizarán posturas y se negociarán acuerdos. Posiblemente la corporación municipal siga ostentando la razón, busque aliados e incremente acciones beneficiosas para la comunidad, principalmente en sectores no conflictivos; creando una situación de desplazamiento que empezará a dividir la opinión vecinal.
Sin embargo, como suele ocurrir ante las crisis frecuentes y la sobreexposición, los enamorados dejarán de atraerse mutuamente. La racionalización del desencanto y el hastío devendrán en saturación y posiblemente alguna infidelidad, acelere el rompimiento. Del mismo modo, los vecinos no admitirán paliativos y adoptarán posturas más racionales y confrontacionales y las autoridades los minimizarán soslayadamente mientras barajan tal vez, otras alternativas.
Entonces estaremos ad portas de un nuevo ciclo. Creo que si cada proceso –enamoramiento o periodo edil- tiene un inicio y un final, lo saludable es invertir permanentemente en: Honestidad, respeto, moderación, tolerancia, y sobre todo comunicación activa. Y dime si a veces no has escuchado palabras como éstas: “Nuestra relación terminó pero fue bella fue mientras duró” o “No sabes todo lo que aprendí con XX, hasta ahora seguimos siendo amigos”.
En fin, espero que las cosas mejoren para el bien de nuestro distrito y de sus residentes, y que cada gestión edil sea recordada más por su efectividad que por sus desaciertos.
Hasta pronto,
Por la Psic. Rocio Ruiz Marticorena
desde NewYork - USA
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